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CORPO DA NOTICIA
SUSANA GAVIÑA - Madrid
25/09/2017 21:09h - Actualizado: 26/09/2017 08:37h.
Han pasado más de dos años de la publicación de la fotografía de Aylan, un niño sirio de tres años que se ahogó en el Mediterráneo y cuyo cuerpo inerte fue arrastrado a las costas de Turquía. La imagen, tomada por la fotógrafa Nilüfer Demir, dio la vuelta al mundo y se convirtió en un icono del sufrimiento de miles de refugiados que pierden la vida huyendo de la guerra y buscando una vida mejor. Entonces, el mundo se conmocionó y dio golpes de pecho ante semejante tragedia. La crisis de los refugiados, que venía produciéndose desde el comienzo de la guerra en Siria, en 2011, llamaba a las puertas de Europa, y esta debía buscar una solución.
El 26 de septiembre de 2015, la Unión Europea llegaba a un acuerdo por el que cada estado miembro se comprometía (con reticencias de algunos países, como Hungría y Polonía que no han aceptado ninguno) a acoger una cuota fijada de refugiados. En total debian ser reubicados, en el plazo de dos años, 180.000 personas. Hoy se cumple ese plazo y tan solo uno de cada cuatro refugiados ha sido reasentado (alrededor de 44.300 personas). Esto es, tan solo el 25% de la cifra prometida.
Así lo confirmaba ayer la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una de las organizaciones que se ocupan en nuestro país de reubicar y reasentar refugiados. Las cifras españolas están aún más lejos de las europeas: en dos años, nuestro país ha reubicado o reasentado a 1.983 refugiados de los 17.337 comprometidos a través de dos acuerdos. Esto es, un 11%.
El primer compromiso consistía en reubicar a las personas que habían llegado a Grecia e Italia, en el que España acordó acoger a 15.888 personas, de las que 9.323 eran de obligado cumplimiento y el resto quedaba pendiente de determinar. De este programa han llegado 1.279 desde Grecia (1.089) y Italia (190).
En el segundo acuerdo, los países europeos se comprometían a reasentar a refugiados que llevan varios años viviendo en campos habilitados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en países como Líbano, además de migrantes que están en Turquía. España acordó traer a 1.449 y han llegado 704.
Un fraude
«Todo el proceso es un gran fraude a los ciudadanos, a los refugiados y a los derechos humanos», denunció ayer Estrella Galán, secretaria general de CEAR.
Entre los motivos que han provocado el incumplimiento del acuerdo, Galán se refirió a que el proceso ha sido «discriminatorio» respecto las nacionalidades de las personas que pedían asilo; también se ha producido un «cambio de las reglas del juego en medio del partido», en referencia al acuerdo suscrito entre la UE y Turquía en marzo de 2016, una medida tomada con el objetivo de cerrar la ruta marítima del Mediterráneo, y que obligaba a las personas que llegaban a Grecia a quedarse en el país heleno o a volver a su punto de origen. A estos dos problemas se añade una «impunidad desde el principio» a la hora de no cumplir los compromisos. Una impunidad en la que «los estados se han apoyado unos a otros».
A continuaación, Paloma Favieres, directora de Políticas y Campañas de CEAR, detalló los obstáculos que han impedido un mayor reasentamiento de refugiados. Entre ellos se refirió al hecho de que en la Europa de los 28 «las reglas de asilo no son iguales en todos los estados. Se han cometido errores desde el punto de partida por la falta de un sistema uniforme en todos los países» a la hora de acoger refugiados «de países como Nigeria, Sudán o Afganistán». A esto se suma la aplicación de unos requisitos inflexibles, la falta de coordinación entre agentes, procesos lentos y burocráticos, y sobre todo, la dificultad para reubicar a las personas más vunerables, entre los que se encuentran «los menores que viajan solos».
También señaló la disminución de peticiones, como consecuencia de un discurso del miedo «que ha calado» en la sociedad, lo que ha llevado a los países a apelar a motivos de «seguridad» para acoger menos refugiados.
CEAR refutó también ayer la carta enviado por la Unidad de Reubicación Griega al Gobierno español a principios de este mes, en la que le indicaba que ya no disponía de personas reubicables. Según CEAR, la organización helena se ha limitado a distribuir refugiados que habían llegado al país antes del 20 de marzo de 2016, cuando se firmó el acuerdo entre la UE y Turquía. Algo que debe corregir, para incluir a todas las personas llegadas después de esa fecha.
Según un informe de la Comisión Europea habría actualmente en Grecia 4.700 personas «potencialmente elegibles» para ser reubicadas. Según las cifras de las que dispone CEAR, a día de hoy serían más de 50.000 los refugiados atrapados en el país heleno. Además, la Comisión Europa ha recordado que el compromiso y la obligación de reubicar refugiados no acaba hoy, cuando el acuerdo cumple el plazo pactado, sino que sigue presente. Las obligaciones «no prescriben y deben cumplirse con la mayor eficacia», subrayó Galán.
Sanciones contra la impunidad
Otra de las motivos que tanto Galán como Favieres mencionaron ayer como responsable para no completar los compromisos de reubicación es la impunidad con que se ha tratado el incumplimiento, por lo que exigieron que desde las instituciones europeas se impusiera sanciones a todos aquellos países que incumplen las cuotas. Algo que actualmente se está planteado la UE aplicar a dos países, Hungría y Polonia, por su rechazo a recibir refugiados (no han acogido ninguno), medida que de momento no se ha extendido a ningún otro Estado.